Tarea 6
En la primera prueba que Santo Tomás nos marca se percibe la dimensión física de entrada pues es en dicha prueba donde el filósofo saca la premisa a partir de “que en el mundo hay cosas que se mueven” ; así, ésta será el movimiento. Es de notar que todos los ejemplos que utiliza para justificar el movimiento son sacados de objetos y cosas percibidas por los sentidos. Con estos ejemplos muestra que todo en el mundo tiene movimiento, el cual tendrá invariablemente una causa para que se genere. Pero, este argumento puede llevarnos hacia el infinito ya que si“todo lo que se mueve es movido por otro. Pero si lo que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario que lo mueva un tercero, y a éste, otro”. Evitando que este argumento se prolongue indeterminadamente es como este pensador pone a Dios como el primer motor que no es movido.
En la segunda vía sucede lo mismo que en la primera ya que el plano físico también es de gran magnitud en la percepción del argumento y, además, la premisa aquí será la causa eficiente. El argumento se puede extender de la misma manera que en la primera prueba en el sentido de que todo tiene una causa para su existencia, lo que nos podría llevar por senderos muy amplios de infinitud. Sin embargo Tomás detiene esto diciendo que es Dios la causa eficiente primera.
La tercera prueba se centra en el ser contingente y el ser necesario. Esta prueba también puede ser observada a partir del plano físico en tanto que se basa en las cosas en el mundo, en las cuales su necesidad no depende de ellas mismas sino que la causa de su necesidad está fuera de ellas. Con lo cual, la causa de necesidad de todas las cosas será Dios.
La cuarta vía la encuentro tanto en la dimensión física como en la ontológica, esto a partir de que los grados de perfección se refieren a los seres (plano físico) -los cuales se pueden entender como las creaturas del mundo-, pero de igual manera esta misma jerarquización en la perfección de ellos es donde se percibe lo ontológico. Así, pues, la causa de el ser en las cosas, de su bondad y de todas aquellas perfecciones (que en sí yo no llamaría perfecciones por este mismo grado de perfección) es Dios mismo.
En la quinta vía, donde se habla del fin de las cosas y cómo han de ser dirigidas a tal, “a la manera como el arquero dirige la flecha” se percibe más el aspecto ontológico en tanto que es por la inteligencia que se dirigen las cosas a su fin. Así, habrá una inteligencia superior que las dirija a todas, la cual es Dios.En todas las cinco pruebas se puede notar el trasfondo metafísico que encierran puesto que su finalidad es demostrar lo que está más allá de lo físico, lo que está bajo y sobre las cosas que no puede percibirse ni decirse en términos de física. Es de igual manera notable el aspecto crítico que llevan todas estas pruebas ya que los argumentos han sido desarrollados bajo un esquema lógico, partiendo de una premisa de la cual se sigue una conclusión. Estos argumentos, si se toman como verdaderas las premisas, son bastante sólidos y demuestran lo que pretenden demostrar: a Dios.
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